martes, 21 de diciembre de 2010

Las vueltas de la vida

Hace mucho que no actualizo este diario virtual, así que hoy después de algunas semanas me digno a escribir. Las últimas noticias que dejé por acá fueron que iba a empezar a trabajar en un packhouse de frutillas en Hamilton. Y así fue técnicamente, pero no tanto.

El domingo fuimos Bambi, Lila, Indira y yo a probar al packhouse de frutillas, dónde el dueño después de trabajar unas 7 horas nos dijo que tenía que hacer unos arreglos de gente y empezaríamos el lunes, pero no el consecutivo posterior a dicho domingo, sino el de la semana siguiente. Por lo tanto teníamos una semana como quien diría "al pedo". Como no tenía mucha plata pensé en hacer wooffing por esos días hasta empezar a trabajar. Pero Bambi quería pasear e ir a la playa así que me pareció mejor idea recorrer y conocer. Además iríamos con Lila en auto así que el plan estaba hecho. El capítulo de Mount Manganui se los dejo para alguna de las próxima s entradas, ya que sería un tanto irse por las ramas (o por el monte si se quiere...).

Cuando volvimos de Mount Manganui nos enteramos de que no íbamos a trabajar en el packhouse de frutillas básicamente porque no había fruta suficiente como para contratar más gente. Decepción nº1. Entonces fuimos al packhouse de espárragos donde están trabajando algunos de los chicos y el dueño nos dijo que ese día justo no tenía trabajo pero que al día siguiente tal vez sí tendría. Bien, al día siguiente no tenía nada. Decepción nº2.

Ahora bien, por razones que por suerte no vale la pena nombrar me quise ir de Hamilton cansada de esperar a que alguien tenga trabajo para mí. No sabía para donde arrancar, me sentía muy angustiada y un poco (bastante) perdida. Por suerte estaba Lenka (mi super-amiga de Rep. Checa que había conocido en Auckland) conectada al facebutt. Cuando le pregunté qué le parecía la idea de irme para Queenstown rápidamente me contestó que fuera, que me podía quedar con ella unos días en la casa y que no me hiciera problemas por nada.

A pesar de tanta amabilidad, yo seguía confundida y angustiada, no sabía si me convenía irme tan lejos sola, tomarme un avión e irme sin perspectivas de trabajo al sur del país. Así fue que entró Lila a la habitación y con unas pocas pero sabias palabras me ayudó a despejar mis dudas. Me dijo que uno a veces tiene miedo de tomar deciciones, pero que siempre sabe lo que quiere en el fondo. También me recordó que venir a Nueva Zelanda ya había sido un paso super importante, y que si el viaje desde Buenos Aires duró 13 horas, que más hace 1 hora y media más de vuelo. No hacía falta agregar nada. La decisión estaba tomada. Me iría para Queenstown lo antes posible.

Esa noche dormí mucho más que tranquila y al día siguiente compré los pasajes y le avisé a Lenka cuando llegaría a la ciudad de la reina.

Ahora, a casi 2 semanas de mi arribo puedo decir que estoy super contenta de haberlo hecho. En estos 14 días pasaron muchas cosas, conocí mucha gente super copada, conseguí trabajo y hasta una casa donde vivir. La próxima cuento mejor como fue que conseguí todas estas cosas nuevas.

Gracias a todos por el apoyo de siempre y la buena onda! Los quiero muchísimo y siempre me acuerdo de todos ustedes!










Hasta la próxima!

Gabi.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Y de repente...


Después de estar casi un mes en Auckland medio perdida, sin saber exactamente que hacer y con un poco de miedo a moverme sola a cualquier lado, un martes (más precisamente el martes 23/11) conocí a Eduardo, un chileno amigo de facebook muy buena onda que tenía que ir a Auckland para hacer varias cosas. Ese mismo día conocí a Indira y a Carla, que trabajan con él en Hamilton en un packhouse de espárragos. Además conocí a muuuchos otros amigos de ellos y fuimos a tomar unas cervezas por Auckland.

Cada vez que decía que estaba en Auckland sin hacer nada todos me miraban raro y me decían que no tuviera miedo, que me moviera y que ese era casi la única forma de encontrar trabajo en el campo, estando en el lugar. Así fue que Indira me invitó a ir con ellos a Hamilton que seguro allí encontraría algo. Nadie tuvo problemas y al otro día emprendimos el viaje a Hamilton. Por alguna razón había ordenado todas mis cosas en el hostel, había guardado la ropa en la mochila esperando que algo así pasara.

El miércoles me desperté, avisé en la recepción que me iba y pagué la última noche que me había quedado. Ranz (City Traveller Auckland) me cobró $20 en lugar de $28 que sale normalmente la noche en el hostel. Empezaban a salir bien las cosas. Fuí a vender mis zapatos que tantas ampollas me habían dado (*) a un negocio donde venden ropa usada. Si nadie los compra los regalan. No me importa, igual no los iba a usar más. Prefiero que los tenga alguien que le sirva. Me despedí de Hanna y de James, que fueron los únicos de los que pude despedirme personalmente, me calcé la mochila y salí a encontrarme con los chicos. Después de caminar 6 cuadras, me dí cuenta que tengo que eliminar muuuuucha ropa, porque pesa demasiado esa mochila, y no la voy a poder usar.

Cuando llegué al encuentro conocí a Bambi (Bárbara) que recién llegaba a Nueva Zelanda y vendría a Hamilton. El viaje en auto duró casi 2 horas con muy buena música. Un poco dormí y otro tanto miré el paisaje. Es viajar por la región pampeana argentina pero con algunas elevaciones. Hay verde, cercos, vacas, verde... Lo único diferente es que viajábamos por autopista y no por ruta.






Llegamos a la casa (The gorilla Hut - prosimamente la descripción oficial y fotos) y nos instalamos en uno de los cuartos. La casa tiene un sector principal con la cocina, el comedor, el living y algunas habitaciones. Afuera hay un sector con una vaca y 2 terneritos y atrás hay otra casa con habitaciones, y varias casas rodantes que no ruedan, que también se alquilan. En total somos 19 personas contando al dueño Damon. También conocí a una pareja de chilenos (Renato y Lila) muy buena onda; Otra pareja Petra (Rep. Checa) y Sebastian (Francia); Vanessa (Bélgica) y varias malasianas (sé que una se llama Jenifer).

Algunos de los chicos trabajan en un campo de frutillas haciendo picking así es que el jueves me desperté a las 5:30 am para ir con ellos a preguntar si necesitan gente. Claro que de primera no sale nada, así que el jefe me dijo que no iba a necesitar a nadie, pero que tal vez el lunes iba a tener trabajo para mí. Me fuí a dormir a la van porque eran las 6:05 am para el momento en que me dijeron que no iba a tener trabajo. Dormí hasta las 11 aproximadamente y luego salí y estuve hablando con algunos de los chicos que también hacen packing que son de una isla cerca de Fiji. La pregunta del millón: Where are you from? Argentina. Ohhhh Soccer!! Do you know this guy? Y tenía a Messi en el wallpaper del celular...

Luego fuimos al centro de Hamilton a comprar algunas cosas y a recorrer. Hay una tienda de ropa indú hermosa! Y despues volvimos y cenamos y a dormir. Como decidimos hacer wooffing (dícese del arte de trabajar a cambio de alojamiento) con Bambi el viernes nos tocó poner unas papas en una alfombra para que se terminen de pudrir y las puedan plantar y hacer plantas de papas; y después transplantar tomates de unos tarritos a otros para que tuvieran más lugar. Voy a explicarlo de esta manera: Imagínense miles de ramitas chiquititas con raíces, había que ponerlas en vasitos individuales y regarlas cada 5 minutitos porque se secaban rápdio por el sol. Eso por 4 horas aproximadamente. Después de eso, una ducha de 30 minutos!

Ahí fué cuando llegaron los chicos con buenísimas noticias. Chachachachaaaaannnnn! Tenemos trabajo!! Haciendo packing de frutillas, es decir, poniendo frutillas en cajitas rápido en una línea de montaje. Le voy a hacer honores a Ford y a Tyler y voy a terminar como Chaplín en Tiempos Modernos! Empezamos el domingo con una capacitación y el lunes a trabajar.

Y bueno con todas esas buenas noticias nos fuimos al centro para que Bambi abra su cuenta de banco. A la noche cocinamos y eso fue todo.

Espero que les haya gustado lo que cuento. Ahora estoy rodeada de chilenos todos buenísima onda! (tengo gente para tomar mate!!) Y estoy feliz. Ojalá todos ustedes lectores estén felices también. Y si no, búsquen la manera. Vale la pena!! Gracias por leerme y les dejo las fotos que le saqué a la vaquita, a los terneritos y a las plantitas de tomate.












Hasta la próxima!!

Gabi.


jueves, 4 de noviembre de 2010

Wahieke baby!! Psicología inversa.



El plan para el sábado era el siguiente: Nos despertamos, desayunamos y vamos a Wahieke. Alquilamos unas bicicletas y recorremos la isla entera.
Las expectativas: Un día entero de sol y playa.

El resultado:

Me levanté, me bañé y desayuné. Me puse el vestido de colores con las zapatillas rojas (¿ridícula yo?) y nos encontramos con Lenka en la cocina. Me dijo que iba a llover y a hacer frío, no quise creerle. Nos fuimos al puerto a tomar el ferry. Llovía y hacía frío. En la terraza del ferry había muuuuucho viento así que fuimos adentro. Llegamos a Wahieke y llovía bastante fuerte. Puteamos a Murphy y a sus malditas leyes hasta que se nos ocurrió empezar a decir que adorábamos la lluvia y el mal tiempo. Dos horas más tarde salió el sol. Si creyera en Dios, podría decir que es un histérico!!!



Tomamos un bondi para ir a una playa porque hacía demasiado frío como para andar en bici, además estaba lloviendo bastante. Nos bajamos al final del recorrido en una playa que se llama Onetangi Bay. Estaba nublado y llovía intermitentemente. Caminamos hasta la playa y sacamos algunas fotos. En nuestras caras relucían sonrisas que no se modificaron por el clima. Les cuento de Lenka. Ella es de Rep. Checa y no habla perfecto inglés, pero había algo que hacía que nos entendiéramos todo el tiempo. Me alucinó como una persona nacida en un país con costumbres tan diferentes a las mías puede tener el mismo tipo de humor que yo y disfrutar de las mismas cosas. Hubo una conección entre nosotras. Nos la pasamos riendo todo el tiempo! Disfruté muchísimo de su companía!

Subimos otra vez a la avenida principal para decidir que hacer. Lenka encontró en el mapa una reserva natural de árboles y pájaros. Una buena experiencia para probar! Caminamos caminamos caminamos y llegamos a una estación de servicio. Un hombre amable nos indicó para donde ir y entramos al negocio de la estación de servicio a ver si había un baño. La empleada del negocio nos dejó usar el baño de empleados! Después emprendimos el camino hacia la reserva.

Entramos y caminamos algunos metros maravilladas por el paisaje y por la cantidad de árboles, plantas y flores de todos los colores! Salimos porque no teníamos señal en el celular y Lenka había arreglado con un amigo para que viniera con nosotras. No voy a hablar mucho sobre Martin (el amigo de Lenka) porque no se merece el espacio. Solo voy a decir que me pudre encontrar gente racista, sé que hay muchos, y que no puedo cambiar su parecer. Pero detesto cuando la gente es ignorante y odia a otros porque sí, sobre todo cuando es alguien que viajó por el mundo y debería haber aprendido algo de tanto viaje. Al menos pude expresar algo de lo que pienso y terminó por cerrar su boca. Entramos nuevamente en la reserva e hicimos una caminata de 1 hora aproximadamente. Simplemente hermoso! No hay muchas palabras para describirlo. La naturaleza me cautivó y me llenó de energía. Empiezo a pensar que tomé la decisión correcta al venir acá (en realidad estoy segura de eso, o al menos por el momento).




Salimos de la reserva y Martin quería probar vinos, porque hay viñedos en Wahieke. Caminamos y un señor nos vió medio perdidos. Nos dió un aventón y nos recomendó un restaurant re copante! Comimos con un paisaje super espectacular pero escuchando los comentarios de Martin sobre gente negra y mexicanos. Mi cerebro decidió ignorarlo en un punto y estuvo mucho mejor.

Después tomamos un bondi que nos llevó a Palm Beach. El sol brillaba y la energía era la indicada. El agua era verde, transparente, limpia, tranquila... La arena gris y cálida. El viento suave y el sonido de las olas era como un susurro.

Cuando empezó a hacer más frío fuimos a tomar el bondi de vuelta a la estación de ferry y volvimos a Auckland. A la noche tuvimos en el hostel una fiesta por Halloween y conocí mucha gente buena onda que está en el hostel pero nunca les había hablado.

En resumen: Un día hermoso!!



Hasta la próxima!! Los quiero!!



lunes, 1 de noviembre de 2010

En busca de la computadora perdida.

Entonces habíamos tenido un día de amabilidades varias y nos sentíamos con la suerte suficiente para encontrar una computadora para mi. Salimos de la oficina de correo y fuimos al shopping. Encontramos la misma computadora que habíamos visto a $549 kiwis y le preguntamos al vendedor cuál era el precio. Nos dijo $399 y mis ojos salieron de mi cara por un momento. El único pequeño problemita, no había stock. Don´t worry, nos dijo el vendedor. Pueden ir a Albany. Al ver nuestras caras de What are you talking about willis?? nos dijo, se toman este colectivo parado en la esquina, y le piden q los lleve al mismo negocio pero en Albany. Nos miramos y dijimos ¿Por qué no?

Y así fue como empezó la exhaustiva búsqueda. Nos subimos al colectivo y le dijimos al conductor que queríamos ir al mismo negocio pero en Albany, y él nos dijo que ese colectivo no nos dejaba, pero podíamos combinar con otro que sí. Compramos un boleto que por el módico precio de $5,70 nos permitía usar cualquier colectivo por 2 hs. El conductor nos dijo que nos avisaría dónde bajar, para tomar el otro colectivo. Y eso fue lo que sucedió. También le pidió al conductor del segundo colectivo dónde íbamos y que nos avise cuando bajar. (amabilidad nº4). El segundo conductor le dijo que sí, pero no entendió dónde queríamos ir.

Entonces nos bajamos y le preguntamos a una chica que había en la parada si conocía un negocio de computadoras y cosas electrónicas. No sabía, pero nos deseó buena suerte para encontrarlo (amabilidad nº5). Seguimos nuestro instinto y llegamos a un grupo de negocios donde había uno de ropa de bebés. Le preguntamos a la vendedora si conocía el negocio, nos dijo que seguramente era uno que estaba cruzando la avenida y nos escribió el nombre del negocio (amabilidad nº6). Cruzamos entonces la avenida y lo encontramos. Entramos, había stock, compramos. Pim Pam Pum.

Cuando salimos pasamos por el Burger King para comprarnos una fanta pero de frambuesa y frozzen. Como un helado de agua de frambuesa pero para tomar con popote (para vos Pequeño) Llegué al hostel y me puse a jugar, me conecté y estuve boludeando hasta altas horas de la noche. Le puse Kiwi, mi primer gran compra en Nueva Zelanda.

















Hasta la próxima!! Besos a todos! (pido disculpas por la escritura, me sale pensar en inglés y se nota!!)

Next on
Asomándome al mundo: Wahieke Island

jueves, 28 de octubre de 2010

La ciudad más amable del mundo



El día en que todos fueron amables conmigo empezó muy temprano. Me desperté como a las 6 porque no me acostumbro aún al horario y me conecté a ver si había alguien de Buenos Aires para hablar. Me encontré con una muy linda sorpresita (te quiero mucho nene!) y con la noticia de que el ex-presidente N. Kirchner había muerto repentinamente justo el día del censo.

Salimos a comprar los benditos celulares a Vodafone con nuestra nueva amiga de Rep. Checa Lenka. El muchacho que atendía en el negocio me preguntó si era mexicana, le dije que soy argentina, y se disculpó unas 3 veces por la confusión. Antes de firmar el contrato me dijo que me agregaba 60 minutos libres al plan por el mismo precio (amabilidad nº1).

Luego de esto terminamos de llenar los formularios del IRD
(que vendría a ser como el cuil de acá, pero además de identificarte como trabajador, te categoriza para poder pagar los aportes e impuestos) y fuimos a la oficina de correo para poder enviarlas. Bueno, no iba a ser todo tan fácil. Como acá en Nueva Zelanda necesitan 2 documentos para probar todo, necesitaban algún documento que probara que soy mayor de 18 años que no fuera mi pasaporte. Y como no tengo licencia de conducir, tengo que sacar una tarjeta que se llama +18 card, para la cual necesitaba: llenar un formulario que debería ser firmado y sellado por una autoridad competente (como la policía), sacarme una foto tamaño pasaporte, comprobar la dirección donde estoy residiendo, y tener $20 kiwis. Claro que en el medio picó el bagre y fuimos al hostel a almorzar. Después de almorzar comenzamos la búsqueda del tesoro.

Primero pasamos por un negocio de fotos, atendido por el que yo bauticé como "el taiwanés más buena onda del mundo". No solo sonreía por todo, sino que sabía algunas palabras en castellano, y nos mostró los clasificados donde había un aviso para trabajar en un viñedo (amabilidad nº2). Groso el taiwanés más buena onda del mundo.

Segundo paso: fuimos a la comisaría a que nos firmara una autoridad competente el formulario de la +18 card. La oficial sonreía, nos trató bien, nos preguntó de dónde éramos (amabilidad nº3). Igualito a Argentina.

Después fuimos a la oficina de correo por segunda vez y le entregamos el formulario a la señora que yo bauticé "la señora más copada del universo". No solo tuvo una sonrisa todo el tiempo que estuvimos en frente de ella, además hacía chistes, se reía de los míos y nos explicó las cosas con una paciencia que no todos tienen (amabilidad nº3). Casi casi como una empleada pública de Argentina (creo que cuando iba a hacer trámites a la UBA me ib
a un poco mejor...)

Una vez ingresado el sobre con el formulario en el buzón nos quedaba bastante tiempo antes de que cerraran los negocios, con lo cual fuimos en búsqueda de mi nueva computadora. Pero eso lo dejo para la próxima entrada así no me quedo sin anécdotas.





Hasta las cajas te sonríen acá







La foto es de la oficina de correo. Es una tarjeta de regalo para mi prima!

Besos a todos y hasta la próxima

martes, 26 de octubre de 2010

10326 km

10326 km. Eso es lo que me separa de todo lo que tengo. De mi familia, mis amigos, mi perro, y todo lo conocido para mí.

A ezeiza fueron a despedirme mis viejos, mis hermanos y mi prima. Yo estaba emocionada, no caía en la realidad de lo que estaba a punto de hacer. La mochila pesó 17.800 kg, todo eso era ropa!! En la sala de espera conocí a una chica y un chico, los dos chilenos, que vendrían a hacer lo mismo que yo. Estuvimos hablando un poco hasta que embarcamos. Yo la noche anterior no había dormido nada, me senté y se me cerraban los ojos. Me desperté cuando despegó, la ciudad de noche se veía hermosa, ojalá llegue de noche a la vuelta. Dormí otra vez hasta que llegaron con la comida. Pollo o pasta. Yo elegí pasta. La cena consistía en una bandeja con: 1 compartimento ensalada (lechuga, un tomate cherry y unas tiras de jamón); 1 compartimento pasta (fideos tirabuzón con salsa blanca y tiras de jamón); galletitas de agua; 1 pan; 1 aderezo a base de vinagre; 1 queso untable y un compartimento con un pedazo de torta de ricota. Me mandé todo menos las galletitas. Después me volví a dormir hasta que me desperté por unas pequeñas turbulencias con un hermoso dolor de cuello. El vuelo no tuvo otros contratiempos, la sra. sentada a mi izquierda se movía para todos lados y me sacaba la cabeza de la ventanilla para sacar fotos. Una molesta!! Películas: Creo que las 3 de la saga Crepúsculo (porque cada vez que me despertaba veía al chaboncito con cara de nada) y Toy story 3. Después vino el desayuno: 1 medialuna, 1 pan, 1 manteca, 1 dulce de leche, 1 yogurth, 1 banana y 1 vaso de jugo de naranja. El polo no lo ví, seguro habré estado durmiendo.

Bajamos del avión, migraciones todo bien, a qué venís? por cuánto tiempo? sabés de que vas a trabajar? todo tranquilo. Cinta transportadora de equipaje: mi mochila nunca apareció! Bueno... así empezó mi estadía en Nueva Zelanda. Un Sr. me vió con cara de esperar algo que nunca iba a llegar y me indicó que fuera con otro Sr. para hacer el reporte de pérdida. El otro Sr. muy amable llenó el reporte con mis datos y me dijo lo que tenía que hacer de ahí en adelante. Llamé también al seguro de la valija, porque la había asegurado con el plástico verde. Había que ponerse en contacto con Aerolíneas Argentinas. Claro, ellos no querían que nos pusiéramos en contacto...

Salimos del aeropuerto para el hostel con Gonzalo, el chico que conocí en Ezeiza y tomamos una especie de van que te llevaba a donde quisieras. Bajamos en el hostel y fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Yo seguía preocupada por mi mochila, pero estaba tranquila. Estaba dije, porque cuando hablé con mi papá y me dijo que de Aerolíneas Argentinas le habían dicho que dentro del mes le tenían que dar una respuesta me agarró una especie de ataque! Luego bajamos para ir a abrir la cuenta del banco (que es un requisito para poder trabajar) y el Sr. de la recepción me dijo que habían llamado del aeropuerto y que me enviarían la mochila al hostel. Un alivio!!

Fuimos a hacer la cuenta del banco y luego almorzamos algo en el hostel. Después me agarró sueño y me dormí. Yo tenía pensado dormir un ratito y salir a recorrer Auckland que no había visto demasiado. Pero no, me dormí un poco más de 4 hs. Con lo cual después me desperté a las 5 am. Por suerte en Argentina no eran las 5 am y había gente conectada con la que charlar.

Y bueno, ese fue mi primer día en Auckland. Bastante largo. Pero lindo al final, con Josefina sana y salva. Y como dijo alguien por ahí, por suerte no estaba sola suelta por Nueva Zelanda.

Las fotos se las re debo porque no las voy a bajar hasta que tenga mi propia computadorita, que por suerte va a ser pronto.


Besos y hasta la próxima!!

sábado, 2 de octubre de 2010

Tengo mi compañera de viaje!

Ahora que se que no viajo sola estoy mucho más tranquila. Ahora tengo conmigo a Josefina! Mi mochila y compañera de aventuras. En ella voy a llevar todos los buenos deseos conmigo, además de mis expectativas y mis ganas de viajar.

Sin saber demasiado por qué, empecé todo esto del viaje y fui descubriendo las causas y razones a medida que el tiempo y las reflexiones se sucedían. Ahora estoy convencida de que va a ser una hermosa experiencia y sobre todo un viaje de búsquedas internas. Pase lo que pase, se que quiero hacerlo y que va a ser positivo.

Las fotos de abajo van dedicadísimas a mi amiga personal LAU a la que adoro y que me ayudó mucho más de lo que ella se imagina.












Y ahora a volar!!

martes, 3 de agosto de 2010

Falta poco!!

Voy a escribir lo que siento en este momento, cuando faltan menos de 3 meses para irme. Siento ansiedad más que otra cosa, un poco de miedo y muuuuuuchas ganas de que llegue el día de partida!! Estuve reflexionando mucho acerca de este viaje, porque no fue algo que se me ocurrió a mi sola, y me puse a pensar por que lo quiero hacer. Primero pensé que era una forma de escape, escapar a muchas cosas que no puedo resolver en Buenos Aires. Que quiero hacer de mi vida, como quiero vivir... preguntas sin mucha respuesta por el momento... Dejar la carrera me hizo sentir inestable, porque no tengo un objetivo establecido, o al menos no uno en el modo convencional de ver las cosas. Pero después pensé realmente por que quiero viajar, y por que cuando tuve que decidir si viajar sola o no, opté por hacerlo. Creo que sorprendí a varios de los que me conocen desde hace tiempo, pero sobre todo a mi, porque yo no soy de tomar este tipo de deciciones... Y así llegué a la conclusión de que es un viaje de búsqueda personal. Voy a ver quién soy realmente, sin el entorno, sin los de siempre. Supongo que podría haber elegido un lugar más cerca para ir a buscarme, pero es una buena oportunidad para conocer otros lugares, otra gente... gente que tiene interés en viajar y no quedarse quieto, gente que tiene sueños parecidos a los míos tal vez... Espero encontrar mucha gente así!

Y bueno, quería compartir con uds estos pensamientos que estoy teniendo tan cerca de mi partida. Además estoy enferma y no fui a laburar, así que estoy medio embolada jaja






Muchas gracias por el aliento de todos! Hasta la próxima!
Gabi.

domingo, 11 de julio de 2010

Había una vez

Había una vez una persona, que un día como cualquier otro decidió estudiar alemán. Esa persona era yo, hace muuuucho tiempo (ese tiempo que no se puede contar en años, porque uno se quedaría corto). En alguna de las clases conocí a Lau, que primero fue compañera de alemán, luego fue amiga de alemán; y un día, entre revuelos, tés de vainilla, apuntes y la lista de verbos Carlos Cortez, se convirtió en amiga de la vida y compañera de sueños aventureros.

De alma y espíritu libre, Lau me enseñó sin siquiera proponérselo, que si uno quiere algo (y lo quiere de verdad) puede conseguirlo. Un día me regaló un libro, de esos que te abren la cabeza. Era el libro de los Zapp (que muchos deben conocer). Ese libro me hizo reir, llorar, y sobre todo me hizo soñar y creer que se puede. Ahora lo único que puedo hacer es agradecerle, lo mucho que me dio, su amistad y sobre todo el haberme ayudado a creer y confiar en mi. Sin vos no hubiera podido ni pensar en hacer todo lo que estoy a punto de emprender. Me gustaría poder devolverte aunque sea la mitad de lo que hiciste por mi. Así que solo me queda decirte GRACIAS LAU!!

Te adoro con el corazón y te deseo todo lo mejor en la vida (te lo merecés)

Hasta la próxima!

Gabi

domingo, 16 de mayo de 2010

Ya tengo pasaje!!

El viernes a la noche, nos propusimos pagar el pasaje de manera electrónica y la página de Aerolíneas nos comentó muy amablemente que la reserva había caducado. No, imposible. La habíamos hecho el día anterior a las 23:50 y eran las 20; y siendo que las reservas duran 24 hs, no podía ser. Llamo a la línea de atención al cliente (me hizo acordar a algo), me atiende un pibe poco simpático que me cuelga al teléfono. Un poco más nerviosa llamo nuevamente. El segundo chico, un poco más cordial, me dice que al ser precio promocional la reserva se había caido al mediodía, que tenía que hacer una nueva reserva y pagarla antes de las 23. Y así lo hicimos, entramos, reservamos, pagamos (pim pam pum)


Ya tengo pasaje!! Esto va tomando forma...






Hasta la próxima!

domingo, 2 de mayo de 2010

La historia de como se vió envuelta y de como se desenvolvió

Esta historia empieza en algún momento del año 2009, cuando en un pequeño departamento del barrio de Villa Crespo, alguien le propuso un viaje a otra persona, pensando que esta otra persona le diría que estaba loca. La segunda persona, para sorpresa de las dos, accedió a emprender el viaje. Y así comenzó todo...


Cuando mi amiga Lau me propuso viajar a Nueva Zelanda a "jutnar kiwis" por mi cabeza pasaron varias cosas que no entendí en el momento, pero que por fortuna hoy comprendo. Lo primero que salió de mi boca, muy para mi sorpresa fue "dale, vamos!!" y después me senté a pensarlo. Viajar a Nueva Zelanda, trabajar en otro país, estar lejos de seres queridos, tener que contarles a estos seres queridos que los dejaba por un tiempo, poner la carrera en pausa, colgarme una mochila. Todo era nuevo y muy extraño.

Como en realidad estábamos preparando documentos para una beca de estudios en Alemania, este venía a ser una especie de plan B por si lo otro no prosperaba. Al ser entonces un plan B, nadie lo tomó en serio cuando lo comenté. Creo que a un nivel conciente ni yo lo tomaba en serio, pero en la parte de atrás de mi cerebro, todo se iba procesando. La sensación que me dejaba pensar en ese viaje era de miedo, pero ese miedo que te mueve a hacer las cosas. Lo primero que hice fue buscar un trabajo. Sin pensarlo demasiado estaba ya hablando con gente de EEUU tratando de arreglar sus cajas de cable desde un cuadrado box.

Cuando llegó la noticia de que la DAAD no nos había otorgado la beca, empezamos a averiguar los requisitos para sacar la visa en la embajada de Nueva Zelanda y comenzaron todos los preparativos. Eran muchos y algunos no los comprendíamos. Empezaron a florecer historias de primos, sobrinos, amigos y conocidos de todos, que se habían ido al país kiwi a hacer lo que nosotras dos iríamos a hacer. Luego de muchas averiguaciones, comenzaron los estudios médicos y llegó el día de la aplicación por internet. La página de la embajada estaba tan colapsada que me recordó a la frustración de los principios de cuatrimestre cuando el tan querido Sistema Guaraní (los de sociales entenderán) decide arruinarnos un día entero, si no dos.

Después de incontables horas de darle al click, mientras veía en la página de la embajada actualizaciones que decían "quedan 870 lugares... quedan 679 lugares...", en un momento por arte del destino nos otorgaron las visas. Una para cada una. El trabajo estaba terminado. Una gran sonrisa en la cara y la satisfacción de saber que emprenderíamos una aventura.

Unos días más tarde llegó la entrega de documentos y estudios en la embajada, en la que nos entregaron un sobre con folletos y cositas. Para este entonces, era principios de noviembre y la idea era viajar en Julio para juntar plata.

Una vez confirmada la obtención de la visa la gente comenzó a tomarse más en serio la cuestión. Yo no podía esperar para que llegue el día de viajar! Quería que llegara ya! Pero faltaba mucho. La emoción se diluía con el pasar de las semanas, pero las ganas y las sonrisas que me despertaba el viaje no desaparecían.
Los preparativos del viaje se fueron posponiendo por diferentes motivos, la facultad, el precio de los pasajes, etc etc etc. Mi ánimo con respecto al viaje ya era cambiante. Por momentos tenía ganas de salir de mi casa y llegar a Nueva Zelanda, al rato me agarraba miedo, después quería quedarme un año y seguir viajando lo más posible, y a los pocos instantes me parecía mucho tiempo para dejar la facultad...
La facultad. Ese era otro tema. Le venía dando vueltas al asunto desde hacía bastante tiempo. No tenía ganas de cursar, ni de estudiar, menos de rendir y de finales ni me hables! Me anotaba en materias que al poco tiempo dejaba argumentanto falta de tiempo. Me proponía estudiar para finales a los que nunca me presentaba. Me escuchaba diciendo "voy a seguir la orientacíon de periodismo por descarte, claro, pero yo no quiero ser periodista". Todo eso duró un aproximado de un año y medio, hasta que me terminó de caer la última ficha de todas y me sentí como un espectador después de ver el final de Sexto Sentido (aunque no como yo porque a mí me lo arruinó el divino de Mario Pergollini).
Hace unas semanas dejé la carrera que venía bicicleteando considerablemente y decidí estudiar fotografía y cámara para cine (las dos cosas) una vez que vuelva del viaje. Y entonces retomando el tema viaje, y llegando al final de esta historia de idas y vueltas (sobre todo de vueltas), un jueves nos juntamos con Lau para una dosis de motivación kiwi y porque hacía mucho no nos veíamos. Ella al otro día se iba de viaje a Salta a conocer a un muchacho mochilero a dedo, y quedamos en que cuando volviera ibamos sin falta a comprar los pasajes.

Lau volvió con la noticia de que no iba a viajar, porque este muchacho mochilero a dedo le ofreció acompañarlo en un viaje a dedo de Buenos Aires hasta Alaska y trabajar para una ONG que publicaría lo que ella escriba sobre el viaje. La noticia me cayó como milanesa a la napolitana de restaurante libre chino (por si no se entendió la metáfora cuasi-arjónica, me cayó muy mal). Pensaba que no podría hacerlo sola. La primera reacción fue "bueno, no voy nada al viaje, me quedo acá y empiezo foto en agosto". Después de unos días esa idea ya no era opción. El viaje lo iba a hacer.

Y así es como termina esta historia, que en realidad recién comienza. Esta semana voy a sacar pasaje para irme en Octubre a Nueva Zelanda, estaré allí unos 6 meses y luego viajaré por Asia otros dos meses más. Cada vez estoy más convencida de que mi locura me hace felíz. Dejar cosas no me da miedo, se que las cosas estarán cuando yo vuelva. Los verdaderos amigos no se esfuman con el tiempo y la gente que me quiere (y a la que yo adoro!) estará aquí esperando mi regreso, con los brazos abiertos.


Me asomo sola al mundo por primera vez... allá voy!





Gracias a todos por los alientos y consejos. Por escuchar mis comentarios agudos y por bancarme en todas!!
Gabi.