Reinga Cape Reinga

7:30 am estábamos arriba para empezar el día a lo grande: desayunando los crepes que habían sobrado de la cena, la vida nos sonreía. El cielo estaba despejado, no había probabilidad de chaparrones y nosotros estábamos muy contentos los tres (Flo, Mark y yo). Salimos de la casa a las 9 y nos fuimos para arriba. Paramos en Kauri Kingdom para mirar las maderitas de los arbolitos, o en otras palabras las hermosas cosas que se pueden hacer tallando madera de árboles gigantes de hasta 50000 años de antigüedad. Los árboles estaban hundidos en pantanos con tanino que preservó la madera por un largo tiempo y fueron desenterrados y convertidos con imaginación en hermosos artefactos decorativos, mesas, sillones, etc. Lo más impresionante de todo es una escalera tallada adentro de una parte de un tronco muy ancho.

Tallado en Kauri

Sillón de kauri

Flo por subir la escalerita

La escalerita vista desde arriba

Seguimos el camino para arriba y llegamos a donde queríamos llegar. El faro de Cape Reinga no es tan impresionante y seguramente habrán visto alguna foto con los cartelitos que indican que para allá es Sydney, para allá es esto y para allá es lo otro; pero lo hermoso del lugar es la vista y el significado. En este lugar es donde se encuentran el Océano Pacífico y el Mar Tasman y es amplio, casi eterno (pero las fotos son feas porque teníamos el sol de frente). Este encuentro de aguas es un lugar sagrado para los maoríes y es donde las almas pasan al otro mundo (underworld). 

El color del agua es mucho más lindo que en la foto

El faro, Flo, Mark y yo

Es como un faro entre sus piernas

El faro y el cartelito

Todos al suelo

Una de las almas quedó atrapada en mi cuerpo y era un maestro de artes marciales (¿?)

Después del lugar sagrado llegó el almuerzo y un poco más tarde las dunas de arena. Las dunas son altas, había mucho viento y estaba por llover, así que cambiamos las dunas por un helado ¡Un muy buen helado!

Almuerzo

Había vientito (el helado se los debo)

Después del helado emprendimos la retirada y volvimos a la casa de Mark para agarrar nuestras cosas e ir al siguiente couchsurfer, nuestro primer host maorí. Graham tiene 33 años, tiene dos hijos de 9 y 10 años y vive con uno de ellos Akuhata (Agosto en maorí). Es tatuador y también trabaja en una escuela con chicos con problemas de comportamiento. Después de ver la película Boy, que trata de un niño maorí de unos 10 años queríamos saber si la vida era así como lo describía el film. Y estamos en condiciones de constatar que es así mismo. El marcado acento maorí al que no estamos acostumbradas nos dificultaba un poco la comunicación, no mucho, pero se hacían notar las caras de ¿eh? de tanto en tanto. El impedimento en la comunicación empezó a acentuarse con algunas cervezas encima. Lo más gracioso es que Flo intentaba hablar tan rápido en inglés como habla en francés y esto confundía un poco a nuestros nuevos amigos maoríes que giraban la cabeza hacia mí para una rápida traducción. Después de muchas risas y un juego de "circle of death" con muchas reglas nos fuimos a dormir.

Graham

Gabi

Flo

Daniel (primo de Graham)

Aku

A la mañana siguiente día de playa y recorrida por los alrededores de la casa de Graham y por la tarde sesión de cine neozelandés maorí. Las películas que vimos son muy recomendables. "Once were warriors" es un tanto violenta, con lo cual gente impresionable abstenerse (ma no es para vos). Se trata de una familia maorí que vive en los suburbios de Auckland y conviven en un ambiente de violencia permanente. "The whale rider" es más tranquila y más espiritual. Trata de profecías, ancestros y ballenas encalladas. En resumen: dos hermosos días con gente muy diverida y siempre aprendiendo algo nuevo.

Aku por los aires

Y si reir me hace bien...

Todos en la casa de playa

Atardecer